domingo, 23 de noviembre de 2014

ATAQUES DE ANSIEDAD

Una crisis de ansiedad o pánico es algo que aparece de forma brusca y en cualquier momento. Es importante conocer los síntomas de estas crisis para saber actuar si algún día tenemos la mala suerte de sufrir una, o si nos encontramos con una persona que tiene este tipo de ataque.

Alguien que sufre una crisis de ansiedad comienza sintiendo una sensación de angustia, de que algo malo va a ocurrir; que está a punto de morir, que se está volviendo loco...
Comienzan a estar irritables, inquietos. El corazón comienza a latir con rapidez, tienen dificultades y dolor al respirar y una sensación de ahogo permanente.
Otros síntomas son mareos y vértigos, pudiendo llegar a desmayarse.

Si se trata de una crisis de ansiedad podremos apreciar también otros signos como:
  • Temblores
  • Pupilas dilatadas
  • Piel pálida y sudorosa, con escalofríos y piel de gallina.
Debemos tener en cuenta que las crisis de ansiedad pueden pasarle a cualquiera, pero las personas inquietas, ansiosas, que tienen tendencia a preocuparse por todo o que son maniáticas, son propensas a sufrir estos ataques de pánico.

Lo primero que deberíamos hacer cuando detectamos que esto está ocurriendo, es recordarle a la víctima que lo que siente es ansiedad, y que está a salvo. Asegurarle que no le pasará nada grave.
Estos ataques no suelen durar más de una hora, sin embargo la víctima lo vive con gran intensidad, por eso es necesario ayudarla. Tampoco conviene decirle que no pasa nada, porque eso no sería verdad y estaríamos sacándole importancia a la situación, lo que aumentaría su ansiedad.



Debemos indicarle a la víctima que respire profundamente, mediante respiraciones diafragmáticas.
Si la persona respira de manera agitada, con respiraciones rápidas y poco profundas, estará hiperventilando. Al hiperventilar se produce lo que se llama "borrachera de oxígeno", debido a un desequilibrio entre el oxígeno y el dióxido de carbono, es decir, la sangre recibe mucho más oxígeno que dióxido de carbono, y eso es lo que provoca la sensación de irrealidad y aumenta la creencia de que algo malo va a pasar.
 Frente a esto debemos colocar una bolsa de plástico o de papel sobre la nariz y la boca, como si se tratase de una mascarilla, y animar a la víctima a que respire lentamente. Al hacer esto se vuelve a respirar el dióxido de carbono que se ha expulsado, y esto hace que se compense el exceso de oxígeno que se ha recibido al hiperventilar. 

Imagen de cómo actuar en un ataque de angustia con respiración agitada


Debemos esperar con la víctima hasta que los síntomas remitan, y en caso de que ocurra alguna complicación se debería llamar a emergencias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario