jueves, 27 de noviembre de 2014

LUXACIÓN O DISLOCACIÓN

En esta entrada hablaremos de las luxaciones. Una luxación, de forma resumida, se produce cuando un hueso se sale de su sitio.
En ocasiones el hueso sale de su sitio para casi en el momento volver a su lugar, esto se denomina subluxación.

Las articulaciones que más se ven comprometidas son las rodillas, hombros, tobillos y cadera. En principio una luxación no es algo de importancia vital, pero sí se debe tratar con rapidez por si hay vasos o músculos afectados.



Hay ciertas características que indican que estamos ante una luxación, son:

  • Dolor agudo e intenso.
  • Zona hinchada y amoratada.
  • Si hay afectación nerviosa, la víctima sentirá hormigueo y posible parálisis.
Otras más graves pueden ser:
  • Deformación.
  • Imposibilidad de mover el miembro.
Tobillo inflamado y morado

¿Qué hacer?
  1. Localizar la zona afectada. Si se trata de la espalda, cuello o cadera, no mover a la víctima hasta que lleguen los servicios de emergencias.
  2. Inmovilizar el miembro afectado en la posición en la que lo hemos encontrado, con un cabestrillo o una férula improvisada. La idea es que el miembro se mueva lo menos posible.
  3. Si hay heridas, antes de inmovilizar a la víctima se deben limpiar y cubrir con gasas o paños estériles (si los tenemos).
  4. Poner frío sobre esa zona (hielo, bolsas de congelados...) para reducir la inflamación y el dolor.
  5. Dejar la articulación en reposo total.
  6. Trasladar al hospital cuanto antes.

Es muy importante NO intentar recolocar la articulación, ya que una luxación es fácil de confundir con una rotura, y si estamos ante este último caso provocaríamos complicaciones y mucho daño. 

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