domingo, 23 de noviembre de 2014

HEMORRAGIAS


Cuando nos encontramos ante una situación de hemorragia, el organismo es el primero que se activa para reparar el vaso dañado formando un tapón conocido como coágulo, consiguiendo así el fin del sangrado. 
Nosotros  podemos ayudar a la formación del tapón mediante la compresión y elevación de la zona dañada.

A pesar de que existen dos tipos de hemorragias ( internas y externas) solo  nos centraremos en las últimas,  ya que las internas son muy  difíciles de detectar porque  la sangre queda oculta y no se ven desde el exterior.

Ante una situación tan común como es la presencia de una hemorragia,  lo  primero que debemos plantearnos es como debemos actuar  para poder ayudar. A continuación le mostramos la técnica de una manera sencilla y que todos deberíamos conocer:


                                                 



1.- Intentar tranquilizar a la víctima , hablándole y preguntándole sobre el suceso.

2.- Proteger el lugar percatándose de que no existe peligro.

3.- Colocar a la víctima en una posición que impida la caída en caso de mareo.

4.- Rapidamente, coloque su mano ejerciendo presión sobre la lesión del accidentado y posteriormente ayudarse de gasas, compresas u otros materiales para tapar la herida.
Es necesario mantener la presión de manera constante durante un cierto tiempo.
Normalmente 10 MINUTOS deberían ser suficientes para el cese de la lesión.

5.- Un punto muy importante es conocer que si la hemorragia se produce en en miembro inferior debemos elevar la extremidad de manera que quede localizada por encima del nivel del corazón, con el fin de reducir la presión con la que la sangre llega a la herida.

6.- Si a pesar de haber realizado los pasos anteriores y no conseguir el cese de la hemorragia, solicite ayuda al médico y, mientras tanto, pídele al accidentado que  continúe ejerciendo la presión directa sobre la zona, y en el caso de que no sea posible, debido a su estado, realice un vendaje comprensivo en la zona, ayudándose de pañuelos, trozos de tela u otros materiales.


                                          



Es importante NO QUITAR nunca los pañuelos, compresas u otros materiales utilizados para ejercer la presión, a pesar de que se impregnen de sangre, ya que esto podría ocasionar un aumento de la hemorragia.

                                      


También es importante tener conocimientos acerca de si nos encontramos con una situación tan habitual como es la epixtasis ( sangrado nariz), sobre todo en niños pequeños; en este caso debemos apretar la nariz de la víctima ayudándonos del dedo índice y pulgar e, inmediatamente, mover la cabeza hacia abajo. NUNCA debemos echar la cabeza hacia atrás, ya que la nariz y la boca están comunicadas en su parte posterior y la victima podría tragar su propia sangre. 














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