"Perro ladrador, poco mordedor", pues cuidado con los no ladradores, porque de esos vamos a hablar en la entrada de hoy. El mayor peligro que corremos con las mordeduras de perro son las infecciones, debido a la gran cantidad de bacterias presentes en las fauces de estos animales.
Normalmente, estas mordeduras afectan a las extremidades (normalmente, luego ya si tienes muy mala suerte, pueden morderte hasta en la cara), y sus secuelas no son sólo físicas, si no psicológicas (más de uno pilla fobia a los perros después de una experiencia traumática).
¿Qué hacer ante esta situación? (Teniendo en cuenta que si la herida es grave, se debe acudir cuanto antes a los servicios de urgencias):
- Lavar la herida con suero salino, agua y jabón.
- Aplicar algún antiséptico tópico (como alcohol, betadine...).
- Cubrir con un apósito estéril la herida (intentando que éste no se quede pegado).
- Se puede mantener la zona elevada para disminuir la inflamación.
- Comunicar el caso a la policía, para vigilar al susodicho perro y valorar la presencia de rabia.
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