¿Se te ha ido el mentolado por el otro lado? ¿Te ha jugado una mala pasada el aceite del huevo frito? ¿Has sufrido una parada al ver al vecino/a del 5ºC? Porque nunca sabes cuando puede ocurrir una emergencia... Cuatro estudiantes de enfermería de la USC te dan las indicaciones para actuar en estos y otros casos.
jueves, 27 de noviembre de 2014
RESCATE EN EL AGUA
Consiste en emplear técnicas que nos permitan acceder, liberar y extraer a una víctima del lugar donde está y llevarlo a uno más seguro. La realización de estas técnicas de forma inadecuada puede agravar la situación del paciente y desestabilizarlo, agravar las lesiones que pueda tener y provocar nuevas lesiones.
Para rescatar a una persona en el agua debemos utilizar métodos indirectos como el salvavidas, cuerdas, tablas...Si no tenemos a mano estos métodos debemos tener en cuenta que:
El socorrista tiene que saber nadar y calcular las distancias de ida y vuelta con arrastre.
Debemos conocer las técnicas de inmovilización y aproximación a la víctima para evitar poner en peligro el rescate y el rescatador. Lo más recomendable es acercarse por delante a la víctima pero si está nerviosa debemos acercarnos por detrás, evitar que se voltee e intentar tranquilizarla.
Si la víctima agarra al socorrista y lo pone en riesgo o impide el rescate, el socorrista debe sumergirse y liberarse.
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