lunes, 8 de diciembre de 2014

ATAQUE DE TIBURÓN

Desde que en 1975 se estrenó la icónica película dirigida por Spielberg, los tiburones han sido el centro de las pesadillas de millones de personas, pese a que sus ataques a humanos sean escasos y en raras ocasiones mortales.
Las probabilidades de que seas atacado por un escualo en una playa española son tan escasas como las de que el dueño del bar que tienes debajo de casa te guarde la lotería de navidad, pero como más vale prevenir que curar, y el saber no ocupa lugar; voy a contarte cómo actuar ante este insólito suceso.
Si mientras te das un tranquilo baño avistas un tiburón demasiado cerca, no apartes la mirada de él; puede que te ataque directamente o que se dedique a dar vueltas a tu alrededor, pero si te quieres defender del animal, necesitarás saber en todo momento dónde se encuentra. Puedes intentar escapar, pero ni Mireia Belmonte nada más rápido que un escualo, así que salvo que la costa esté muy cerca, ve nadando lentamente hacia un lugar seguro sin apartar la vista del susodicho y tratando de no salpicar demasiada agua. Si no es posible salir del agua, y tampoco encuentras rocas o arrecifes a los que te puedas subir, ponte en posición defensiva. Y porque la mejor defensa es un buen ataque, no te hagas el muerto, pues eso sólo te convertirá en una presa fácil. En lugar de eso, golpea las únicas zonas vulnerables del tiburón, como las agallas, el hocico o los ojos. Probablemente recibas algún mordisco durante la pelea que te provoque una hemorragia grave, pero normalmente el animal se marchará sin matarte si no desistes y continúas ofreciendo resistencia. Si te muerde, intenta "abrazarte" fuertemente, ya que él intentará sacudirte, y así reducirás las probabilidades de que te arranque extremidades o trozos grandes de piel. Una vez que el tiburón se aleje, si tienes la suerte de seguir vivo, nada hacia la costa o algún barco, pues no estarás a salvo hasta que llegues a tierra firme.
Una vez que lo has conseguido, se deberá avisar a los servicios de emergencias y tratar de contener las hemorragias mientras tanto. En estos casos hay que improvisar, y emplear toallas o prendas de ropa para presionar las zonas sangrantes, intentando mantener la calma en todo momento y elevar las áreas afectadas.
Para más información, lee nuestras entradas sobre hemorragias y amputaciones.

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