miércoles, 3 de diciembre de 2014

TRAUMATISMO CRANEOENCEFÁLICO

Se conoce como traumatismo craneoencefálico a la lesión de la caja craneal y/o del encéfalo producida por un agente mecánico que actúa de forma directa o indirecta sobre el cráneo, osease, un golpe en la cabeza.
Dicen que lo que no mata, te hace más fuerte; aunque en el caso de los traumatismos craneoencefálicos, más que hacerte más fuerte, te pueden dejar secuelas permamentes. Además, en muchas ocasiones pasan desapercibidos, sobre todo cuando ocurren en contexto de accidentes graves dónde otras lesiones se llevan toda la atención.
En este tipo de traumas se pueden ocasionar lesiones de tipo óseo y nerviosas y vasculares, las cuales pueden conducir a: interrupción de la función nerviosa, hipoxia cerebral, hemorragia intracraneal y edema cerebral, y finalmente, un coma o incluso la muerte. Las manifestaciones clínicas que nos pueden hacer pensar en la presencia de un trauma craneoencefálico son: alteraciones en la respiración, confusión, desorientación, dificultades para oír o hablar, aumento de la temperatura, pérdida de sensibilidad en las extremidades, náuseas o vómitos, y, en los casos más graves, puede salir líquido cefalorraquídeo por la nariz.
Ante un fuerte golpe de cabeza, deberemos controlar la vía aérea, respiración, y el estado circulatorio, por si fuera necesario comenzar las maniobras de RCP en cualquier momento. Lo primero que debemos hacer es inmovilizar el cuello, para evitar producir alguna lesión a mayores. Vigilar las hemorragias y en el caso de que las haya, controlarlas. Evaluar la presencia de otras lesiones. Nunca dar de beber ni de comer. Y trasladarlo lo antes posible a un centro sanitario.

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