Ya hemos hablado anteriormente de las intoxicaciones por drogas depresoras y estimulantes del SNC, y hoy hablaremos de la sobredosis por drogas perturbadoras del SNC.
Estas drogas alteran la manera de percibir la realidad, procando alucinaciones y trastornos sensoriales, y entre ellas encontramos el éxtasis y el LSD.
Su consumo provocará: sequedad de boca, alteraciones cardiacas, sudoración, temblores, convulsiones, hipertermia, hipotensión, taquicardia, descoordinación motora, deshidratación, crisis de ansiedad, trastornos depresivos y alteraciones psicóticas. El principal síntoma son las alteraciones en la percepción de la propia imagen, el tiempo, el espacio... que pueden llevar a sufrir ataques de pánico e incluso intentos de suicidio.
Por lo tanto, ante una sobredosis, lo principal será calmar a la víctima recordándole que está bajo los efectos de una droga alucinógena y que lo que ve o siente puede no ser real. Debemos avisar cuanto antes a los servicios de emergencias, y mientras esperamos su llegada, vigilar los signos vitales de la víctima, por si fuera necesario realizar maniobras de RCP o colocarla en posición lateral de seguridad en caso de desvanecimiento.
Lo que hay que tener en cuenta es que no tenemos que poner en peligro nuestra propia seguridad al tratar de ayudar a otra persona, sobre todo por las reacciones violentas que pueden ocasionar el consumo de estas sustancias.
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