sábado, 6 de diciembre de 2014

CRISIS ASMÁTICA

El asma es la enfermedad crónica más frecuente entre los niños, y aunque no suele ser mortal, una crisis grave podría poner en peligro la vida de la persona.
Esta es una enfermedad inflamatoria pulmonar obstructiva, que cursa con hiperactividad y contracción de las vías aéreas, edema de mucosas y acumulación mucosa en las vías, que dificultaran la respiración. Vamos a ver, para que nos entendamos, lo que ocurre es que los alveolos (encargados del intercambio de oxígeno en los pulmones), se van a contraer, por lo que la cantidad de oxígeno que recibirá nuestro organismo será menor, y de ahí la falta de aire.

Los factores que pueden desencadenar una crisis son las reacciones alérgicas, el ejercicio, infecciones respiratorias o emociones fuertes, entre otras. Y los síntomas más llamativos y representantes de una crisis asmática son los pitidos al respirar, la tos, y sobre todo la gran dificultad respiratoria. En casos muy graves, la falta de oxígeno puede llevar a una disminución en el nivel de consciencia, cianosis, bradicardia, hipotensión y finalmente, la muerte. Por eso, debe quedarnos clara la importancia de tratar estas crisis, ya que podrían poner en peligro la vida del paciente.
Normalmente, las personas diagnosticadas con esta enfermedad tienen a su disposición nebulizadores (o flush flush, como los conoce el más común de los mortales), que dilatan los bronquios para favorecer el intercambio de oxígeno. En el caso de que no sea así, o que esto no sea suficiente para estabilizar la respiración de la persona afectada, deberemos acudir siempre a los servicios de urgencias. Otro punto importante es el tratar de proporcionarle a la persona un ambiente tranquilo y relajado, intentando no alterarlo demasiado.

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